Me siento esponja, permeable, abierta a sentir. Y esta sensación de frescura, de brisa de mar y brotes de primavera es indescriptible.
Ansiosa de aprender, conocer, escuchar, oler, saborear, observar…. y dejar fluir, que todo pase ante mis ojos para poder disfrutarlo, pensarlo y vivirlo. Para bien o para mal me siento viva, y esto es excitante.
Adopto cualquier libro como regazo , alli me acurruco, lloro de emoción o río a carcajadas.
Disfruto de lo cercano, de la rutina, transformandola en momentos especiales… Buscándo momentos únicos en cualquier situación… Porque los hay…
Que las emociones estén a flor de piel tiene ventajas e inconvenientes… Pero siempre, siempre, compensa vivir, abrir el corazón y embriagarse de todo lo que recibamos…
Me quedo con una frase de esas personas que con solo mirarlas saben que te pasa y de las que consigues el mayor de los consuelos cuando lo necesitas: mi madre. Y su sabiduria de mujer experimentada y dedicada en cuerpo y alma a su familia, me dijo: «No temas al futuro, pues en el está tu felicidad
Besos y quereles.